El pasado 23 de abril, con motivo de la celebración del "Día del Libro", realizamos en nuestro centro un "cuento colaborativo", que viajó de aula en aula, y donde todos y cada uno de los alumnos/as participaron en él.
¿Os gustaría leerlo?
¡¡Allá vamos!! 👇
Había una vez un país muy muy lejano donde todo era posible y nada era imposible, un país conocido con el nombre de "El Reino de los Sueños"
En este reino había un castillo donde vivía el rey y la reina de los sueños. Una vez que cruzabas la puerta... ¡¡todo se hacía realidad!!
No muy lejos de ese castillo, existía un pueblo conocido como "Arroyodormido", donde un malvado ogro, salido de lo más profundo de su hermosa sierra, había hecho un perverso hechizo.
El terrible ogro, que tenía los pies peludos, brazos de forzudo y unos dientes horrorosos con unos colmillos enormes, tenía atemorizados a todos los habitantes de Arroyodormido.
El rey y la reina estaban muy preocupados, pues no sabían qué hacer para que el ogro cambiara su actitud. Un día, tuvieron una gran idea: decidieron reunir a todas las personas del pueblo y a la bruja Bruna para que hiciera un hechizo y transformara al ogro malo en un ogro bueno.
Ese hechizo estaba formado por un ojo de rana, baba de caracol, escupitajo de sapo, agua infectada de virus y caca de gallina. Todo ello se remueve con un cazo gigante y se mezcla al fuego, a la misma vez que decimos las palabras mágicas: "Abracadabra pata de cabra, que este hechizo haga magia".
Del caldero salió una luz resplandeciente, que al iluminar al ogro, lo convirtió en un "ogrito" que era muy bueno y... ¡¡sorpresa!!, los habitantes de Arroyodormido, la bruja Bruna, el rey y la reina, se volvieron malos, malísimos. El rey y la reina tenían unos hijos mellizos, el príncipe Jorge y la princesa Marina. Los dos estaban dormidos en su habitación cuando ocurrió el hechizo, y ellos no se convirtieron en malos, sino que siguieron siendo buenos.
Entonces, la princesa Marina y el príncipe Jorge, cuando vieron lo que había pasado, decidieron hacer el hechizo al revés, es decir, pondrían los ingredientes en otro orden y se lo darían a todos, menos al ogro para que siguiera siendo bueno.
Cuando iban a decir las palabras mágicas, Pequitas, que era el perro de los príncipes y era muy travieso, vertió la marmita y se les había acabado la baba de caracol. ¡¡El plan no había funcionado!!
Jorge y Marina tuvieron que pensar otra idea, Llamaron al ogro y decidieron buscar nuevos ingredientes en el bosque. Paseando por el bosque se encontraron con la cabaña de un leñador.
Entonces se les ocurrió llamar a la puerta para pedirle ayuda para esos nuevos y mágicos ingredientes. Al abrirse la puerta, descubrieron que no había nadie, pero se percataron que en lo alto de la chimenea, había varias pócimas mágicas... ¡¡Seguro que una de estas nos servirá!! - dijo Jorge.
¡Sí, en efecto! Una de esas pócimas sería la correcta. Ahora Jorge y su hermana debían elegir la correcta, de lo contrario, el hechizo permanecería para siempre y podrían causar daños mayores.
Lo echaron a suerte y eligieron la tercera pócima. Se la dieron a un halcón para que volara hacia el pueblo y la vertiera encima de todos los arroyodormilados malignos. Cuando el gas de la pócima tocó sus cuerpos, de repente, se levantó una niebla verde con olor a primavera.
El olor era muy dulce y cuando la niebla se levantó, los príncipes descubrieron que todos los habitantes de Arroyodormido, estaban completamente dormidos ¡como troncos" El problema se había agravado. Pensando y pensando, los príncipes decidieron ir a la caverna del ogro para pedirle ayuda. Al llegar, se quedaron sorprendidos, ¡cientos de caracoles paseaban tranquilamente por las rocas que formaban la cueva! Comenzaron a dar saltitos de alegría al verlos. ¡¡Era el ingrediente que necesitaban!!.
Los príncipes recogieron los caracoles y los estrujaron para sacar su baba. Cuando llegaron al castillo, le habían robado el resto de ingredientes. ¿Quién habría sido?
Los príncipes con ayuda de su perro, encontraron un rastro que les llevaba hasta la habitación de los reyes. Allí vieron a los reyes y a la bruja intentando destruir los ingredientes. Jorge y Marina tenían que detenerlos para poder liberar a todo el pueblo de Arroyodormido.
Mientras observaban a los padres, Jorge recordó que en el castillo escondían una pócima secreta que detenía el tiempo. ¡Era perfecta para el momento! Y se fueron corriendo a buscarla. El problema es que no sabían exactamente dónde estaba, aunque recuerdan que había una habitación dónde nunca les dejaban entrar. ¿Podría estar ahí? ¡Seguramente que sí! Cuando llegaron a la puerta, había una cerradura con un código secreto. ¿Cuál sería? Probaron con la fecha de su nacimiento y su sorpresa fue que era correcta esa contraseña. Pero... ¿qué había dentro de ese cuarto?
En ese cuarto destacaba, sobre todo, una estantería con muchos libros. Marina empezó a tocar todos los libros y... ¡sorpresa!, se abrió un pasadizo secreto que bajaba hacia un sótano secreto, oscuro y lúgubre. En él vivía un enano feo, con orejas puntiagudas y barba blanca, llamado Alfredo. Alfredo, al principio se enfadó mucho al ver allí a esos intrusos.
Después de un rato, entró en calma y escuchó los problemas de los niños y la necesidad que tenían de conseguir la pócima del tiempo. El enano les comentó que entendía su situación, pero para entregarles la pócima, tenían que resolver un acertijo que nunca había resuelto nadie: "Todo el mundo lo tiene, pero nadie lo puede perder".
Después de un rato, los niños se quedaron sorprendidos, nerviosos e iban repitiendo el acertijo a todos lados. Cuando ya se iban a dar por vencidos, Marina vio la sombra de su perro Pequitas. ¡La sombra!, -gritó Marina. El enano entonces, les entregó la pócima de mala gana. Los niños salieron con la pócima corriendo, sin percatarse que la puerta estaba cerrada. ¡¡Pum!! Marina se cayó y la pócima se derramó. En ese momento, los niños se miraron y gritaron a la vez ¡¡noooo!! Al volver a abrir los ojos, se dieron cuenta que estaban en la cama, en su habitación del palacio de Arroyodormido, que todo el mundo estaba bien y que... ¡¡todo había sido un sueño!!
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado .
¡¡Esperamos que os guste muchísimo!!.